CUIDEMOS NUESTRA GARGANTA CON SALES DE SCHÜSSLER

Hoy os hablaremos de un trastorno muy frecuente e incómodo, se trata de la amigdalitis.
La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas y puede afectar a una o a ambas amígdalas.
Las amígdalas son masas de tejido que se sitúan en la pared lateral (una a cada lado) de la cavidad orofaríngea.
Su función está íntimamente relacionada en la reacción de nuestro sistema inmune en la lucha contra las infecciones.
La causa de la amigdalitis son las infecciones víricas y bacterianas, aunque las primeras son algo más frecuentes siendo el virus de la gripe o el estreptococo algunos ejemplos de “bichitos” que la provocan.
Existen dos tipos: aguda y crónica.
En las amigdalitis agudas, la persona experimenta dolor de garganta agudo, intenso, dificultad al tragar, el dolor puede verse reflejado hacia los oídos, puede haber fiebre, tos e incluso pueden inflamarse los ganglios linfáticos.
Sin embargo, en las amigdalitis crónicas los síntomas o no se experimentan o al menos no con la misma intensidad con la excepción de la inflamación constante de las amígdalas y/o los ganglios linfáticos. Si que se observan como signos la dificultad para tragar y mal aliento (halitosis).
Y…¿Qué sales de Schüssler nos pueden resultar útiles?
Veámoslo…
- Para la inflamación aguda que se produce… Sal nº3 (Ferrum Phosphoricum)
- Si hay revestimiento blanco – grisáceo en la mucosa… Sal nº 5 (Kalium Phosphoricum)
- En caso de amigdalitis de mayor entidad… Sal nº 9 (Natrium Phosphoricum)
- Si estamos ante una amigdalitis crónica… Sal nº 6 (Kalium Sulfuricum)
- Por supuesto…para el dolor… Sal nº 7 (Magnesium Phosphoricum)
- Por último, es interesante recordar que en el caso de encontramos con amigdalitis de repetición, debemos valorar el estado de nuestro sistema inmune. ¿Y cómo podemos ayudarnos…? IMMUNPLUS


